La publicación de hoy en el blog estrena nuestra campaña sanitaria «Cuida tu piel» del mes de febrero. Para ponernos en contexto con toda la terminología que solemos utilizar vamos a explicar qué tipos de piel existen, diferenciándolos de los estados de la piel.
Tipos de piel
Si bien hoy en día no existe una propiedad que unifique a todos los tipos de piel, podemos utilizar distintos criterios para realizar una clasificación:
- Por el grosor:
- Piel delgada
- Piel gruesa
- Por la edad de la persona:
- Piel infantil
- Piel adolescente
- Piel madura
- Piel senil
- Por las secreciones de grasa:
- Piel seca
- Piel mixta
- Piel normal
- Piel grasa
En concreto, hoy nos vamos a centrar en la clasificación del tipo de piel en función de las secreciones grasas. Así, tendremos:
Piel seca:
En la piel seca tenemos una disminución de las secreciones grasas. No debemos confundir una piel seca (tipo de piel) con una piel deshidratada (estado de piel), de lo que hablaremos más adelante. Una piel seca, al perder la secreción de grasa se pierde también el agua de la superficie de la piel, dejando un aspecto mate y áspero. Si no se utilizan los productos adecuados puede ocurrir una pérdida del factor de hidratación natural de la piel y podemos presentar un estado de piel deshidratada.
Piel grasa:
Por el contrario, en la piel grasa lo que ocurre es una seborrea, es decir, un aumento de la producción de grasa. Al contrario de la piel seca, donde veíamos un estado mate, en este caso tendremos una piel brillante y lubricada. Pero esto no quiere decir que una piel grasa no pueda estar deshidratada. Al igual que la piel seca, si la secreción de grasa es inadecuada, la capacidad de la piel para retener agua estará también alterada. Un caso particular de piel grasa es la piel grasa acneica, donde se produce una queratinización del folículo (es decir, se obstruye el conducto por el que tendría que salir la grasa), provocando una inflamación que resulta en un comedón (o espinilla).
Piel mixta
En la piel mixta la secreción de grasa es irregular a lo largo de la cara. Generalmente, la zona donde se produce un exceso de grasa es la denominada «zona T» y que corresponde a la frente y la nariz (formando una T en el rostro). El resto de las zonas de la cara serán, normalmente, de piel normal (con una secreción normal de grasa), pero también puede ocurrir que sean zonas de piel seca. Es muy importante conocer el tipo de nuestra piel porque nos permitirá escoger el tratamiento indicado para ella.
Estados de la piel
Como ya te adelantábamos en algunos de los apartados anteriores, la deshidratación es un estado de la piel. Una piel no «es deshidratada», sino que «está deshidratada» y, como estado, tiene solución si disponemos de los compuestos adecuados.
La deshidratación es, entonces, un estado en el que por un motivo u otro, nuestra piel ha perdido el agua que necesita. Conociendo nuestro tipo de piel podemos tratar este estado de una forma u otra. Por ejemplo, ante una piel seca utilizaremos compuestos como aceites vegetales o ácidos grasos poliinsaturados, que nos permitan conseguir una capa que retenga el agua, mientras que ante una piel grasa evitaremos cualquier tipo de aceite.
Otros estados de la piel pueden ser, por ejemplo, la tonicidad o la flacidez en lo relativo a la elasticidad o el grado de pigmentación.
Como sabrás, en la farmacia tenemos un servicio de dermoanálisis que nos permite conocer más sobre tu piel. Con él, podemos medir el grado de hidratación, la elasticidad y los lípidos, además de poder hacer un control de tus manchas y tu fototipo.
Si quieres recibir más información al respecto, no dudes en escribirnos o en venir por la farmacia a que te expliquemos más.