En la entrada de hoy hablaremos sobre las infecciones vaginales más comunes, te enseñaremos a diferenciarlas y te daremos consejos para prevenirlas si eres propensa.
Salud vaginal: cómo nos protege nuestro cuerpo de infecciones
Te hemos hablado otras veces de la barrera cutánea de la piel, nuestra primera línea de defensa frente a microorganismos patógenos como hongos, virus o bacterias, pero ¿cómo se encarga el cuerpo de proteger las zonas más sensibles, como la zona íntima?
Las zonas del cuerpo que más riesgo tendrían al entrar en contacto con estos microorganismos son las zonas de entrada a órganos internos, como, por ejemplo, el tracto digestivo o, en el caso que nos ocupa, la zona vulvovaginal.
Para proteger estas entradas al organismo, la piel de estas zonas tiene unas glándulas capaces de expulsar un líquido, que forma el tejido húmedo que conocemos como mucosa. Estas mucosas tienen una microbiota o flora particular, es decir, una serie de microorganismos no patógenos que conviven en nuestro organismo, ayudándonos a evitar infecciones.
Hablando concretamente de la microbiota vaginal tenemos, principalmente, lactobacilos y bifidobacterias, que se encargan de mantener la acidez y las condiciones adecuadas de la zona vaginal para que otros microorganismos que conocemos como «oportunistas» (como la conocida Candida) no la infecten.
Qué puede alterar este ambiente
Hay determinados factores que pueden hacer que la flora vaginal se altere. Cuando ocurre esto, se comprometen las condiciones de acidez y estos microorganismos patógenos pueden crecer libremente y provocar una infección. Algunos de los factores que pueden afectar son los siguientes:
- Períodos de estrés o mala alimentación.
- Toma de determinados medicamentos, especialmente los antibióticos que pueden hacer desaparecer la flora vaginal.
- Uso de espermicidas.
- Relaciones sexuales sin protección
Alteraciones vulvovaginales y cómo diferenciarlas:
Debemos distinguir entre dos tipos de organismos patógenos que pueden colonizar nuestra zona vulvovaginal.
El primero de ellos son las bacterias. Una infección por bacterias en la zona vulvovaginal provocará una vaginosis bacteriana. En una vaginosis bacteriana notaremos una sensación de picazón intensa, y un aumento de flujo que, en este caso, será acuoso y blanquecino. Además, el signo más característico de una vaginosis bacteriana es el olor fuerte y desagradable de la secreción vaginal.
El otro organismo que puede colonizar nuestra zona vaginal son los hongos. Una infección por hongos, que llamamos vulvovaginitis micótica, se distingue a una infección por bacterias en que la secreción vaginal se vuelve mucho más espesa (como si fuera leche cortada) y es de un tono más amarillento. También tendremos picazón e incluso podríamos llegar a tener dolor en la zona vaginal, pero no aparecerá el olor fuerte que veíamos en el caso anterior.
Cómo prevenir las infecciones vulvovaginales:
Si eres propensa a tener infecciones vaginales hay algunas recomendaciones que puedes seguir para ayudarte a evitarlas:
- Usa siempre un gel limpiador vaginal específico adaptado a tu edad o estado: la acidez de la zona vaginal es distinta que la del resto de la piel, y cambia también si nos encontramos en etapa fértil, antes o después. Lavar la zona íntima con un gel limpiador adecuado ayudará a nuestra flora vaginal a no sufrir por el cambio de acidez de los geles corporales tradicionales. Si tienes dudas, ven a la farmacia a que te recomendemos cuál es el gel vaginal que más se adapta a ti.
- Si vas a tomar antibiótico usa siempre probióticos (si quieres, en combinación con prebióticos) que incluyan los microorganismos de la flora vaginal: a veces tendemos a tomar probióticos que llevan solamente las bacterias de nuestra flora intestinal, pero si eres propensa a las infecciones vulvovaginales (y también urinarias), es conveniente que lo digas en la farmacia para que te recomendemos un probiótico adaptado. Los hay en distintos formatos, puede ser vía oral o vía vaginal.
Te recordamos: un probiótico lleva los microorganismos que se encuentran, de forma natural, en nuestra flora normal. Los prebióticos son el alimento de los probióticos, es decir, de nuestra flora natural.
- Sigue una alimentación saludable: la alimentación influye mucho en el estado de nuestra flora, pero también en nuestro sistema inmunitario. Un sistema inmunitario sano nos ayudará a evitar infecciones. Si quieres más información sobre esto visita nuestra publicación sobre «amigos del sistema inmune».
- Si vas a mantener relaciones sexuales con una pareja nueva utiliza siempre un método anticonceptivo de barrera. Las relaciones sexuales sin protección son el primer foco de infección de las infecciones vulvovaginales. Además, intenta evitar los espermicidas, porque afectan a la flora vaginal.
¡Hasta aquí por hoy! ¿Qué te ha parecido? Como siempre te decimos, si tienes más dudas déjanos un comentario o ven a la farmacia a que te las resolvamos.