En nuestra publicación de hoy te hablaremos sobre la rutina de cuidado facial que seguir durante el día. Hablaremos de limpieza (cuál te conviene más según tu tipo y estado de la piel, qué productos son más adecuados), hidratación, protección… ¡y mucho más!.
Pero, como te habíamos dicho, este nuevo año se avecinan en el blog publicaciones con contrastes, así que no te pierdas nuestra próxima publicación de Miel y Limón para ver cuál es la rutina que más se adapta a tu piel durante la noche.
Antes de empezar te dejamos con algunas publicaciones anteriores que te pueden interesar:
Cómo seguir una rutina de cuidado facial
Una rutina de cuidado facial tiene que ser completa, adaptada a las necesidades de tu tipo y estado de la piel y, sobre todo, ser fácil de seguir para ti.
Los productos que nos llevamos a casa, pero no usamos no van a ayudarnos a mejorar el estado de nuestra piel. Por eso, cuando establezcas tu rutina ideal, deberás tener en cuenta el tiempo y la constancia que quieres dedicar.
En nuestro servicio de consejo dermocosmético esto es algo que nos gusta repetiros mucho. Queremos que salgáis con la idea de cuáles son los productos que os irían a la perfección, pero también cuál es la rutina que es más probable que sigáis. Si tienes dudas sobre este tema, no dudes en medirnos cita.
Empecemos por partes, ¿conoces tu tipo de piel y tu estado actual? En una publicación anterior te habíamos hablado de este tema (haz clic aquí para leer más), así que, a continuación, vamos a establecer una rutina de cuidado facial con aclaraciones para cada tipo de piel.
Pasos clave para una rutina de cuidado facial de día
1. Limpieza purificante facial
Empieza el día lavando la cara con limpiador facial delicado para evitar que se altere la función barrera. De esta forma, eliminarás las células muertas de tu piel y la prepararás para el día.
Como te decíamos, conocer tu tipo y estado de piel te ayudará a saber elegir tu producto ideal. Por ejemplo, si tienes la piel mixta o grasa, deberías escoger un limpiador purificante y astringente, para eliminar el exceso de sebo y limpiar los poros. Por el contrario, si tienes una piel seca, tus limpiadores ideales serán más delicados y llevarán incorporados nutrientes para tu piel.
2. Tónico
¿Aún no utilizas tónico? Los tónicos son productos muy completos, que cierran los poros; ayudan a restablecer el pH de la piel y mejoran la absorción de otros productos por parte de la piel. Además, algunos aportan un plus de hidratación.
Si tienes la piel mixta o grasa el tónico te ayudará mucho en tu rutina, porque cerrará tus poros evitando que se obstruyan con los productos que uses a continuación. Si tienes la piel seca, te producirá una sensación calmante y te aportará hidratación.
3. Sérum
El sérum es un producto que puede tener asociadas distintas propiedades. Por ejemplo, pueden tener Vitamina C para dar luminosidad a la piel o ácido hialurónico para aportar hidratación, entre otros. El sérum complementa al resto de tu tratamiento porque penetra en capas más profundas de la piel, consiguiendo un efecto más global.
Hay distintos tipos de sérum, así que escoger el que más se adapte a tus necesidades puede ser una tarea que requiera tiempo. Recuerda que, si tienes dudas, puedes recurrir a nuestro servicio de consejo dermocosmético para ayudarte a decidir.
4. Tratamiento
Cremas, geles, gel-crema… hay una gran variedad de formatos de productos de tratamiento adaptados a las necesidades de cada una de nuestras pieles y a lo que queremos conseguir con ellas. Por lo general, las distintas texturas están pensadas para distintos tipos de piel.
Entonces, si tienes una piel seca, te beneficiarás más de tratamientos hidratantes y nutritivos con texturas como cremas. Además, pueden llevar asociado otro tratamiento (por ejemplo, antiedad). Por el contrario, si tienes la piel grasa o mixta, tus tratamientos deben ser seborreguladores o matificantes.
5. Protección solar
Ya te hemos hablado anteriormente de la importancia de la protección solar todo el año, así que este es un paso fundamental en tu rutina diaria. Lo más importante es que una correcta fotoprotección te ayudará a prevenir lesiones por el sol, pero además hará que tu piel envejezca mucho menos rápido.
Hay distintos fotoprotectores con muy diversas características. Algunos llevan incorporado tu tratamiento de hidratación, antiedad, matificante, etc. y los puedes encontrar en distintas texturas para que se adapten a tu tipo de piel.
¿Y qué factor de protección deberías usar diariamente? Pues, como siempre te decimos, el más alto, porque te aportará más horas de protección. Solamente hay una excepción a esta regla: si tienes piel grasa acnéica. Esto se debe a que los filtros solares fomentan la secreción grasa, por lo que la condición de tu piel podría empeorar con un factor de protección muy alto.
En estos casos, te recomendamos utilizar fotoprotectores con un SPF de 30 que además tengan tratamiento seborregulador. Hay muchos en el mercado, ¡ven a que te enseñemos nuestros favoritos!
Hasta aquí nuestra publicación sobre tu rutina de día… ¡pero no te pierdas la de la noche!